POR QUÉ ARISTÓTELES RECOMENDARÍA NUESTROS LEARNING TOURS
A diferencia de Sócrates, y Platón que solamente fueron filósofos, Aristóteles fue el Google de sus tiempos
Imaginemos, amigos, que nos encontramos en la antigua Atenas. Sócrates camina por la plaza, interrogando a todo aquel que se cruza en su camino. Platón, su discípulo más fiel, sueña con la República perfecta, un mundo de ideas puras donde la justicia y la virtud se elevan por encima de la realidad. Y luego aparece Aristóteles, su alumno brillante pero rebelde, que escucha con respeto… pero piensa distinto. A diferencia de su maestro y del maestro de su maestro, Aristóteles no quería quedarse solo en el pensamiento abstracto: él quería conocer todo lo que ocurría en el mundo real, con sus leyes, sus animales, sus costumbres y hasta sus mitos.
Por eso podemos decir, sin exagerar, que Aristóteles fue el Google de su tiempo. Su obsesión no era únicamente filosofar, sino recopilar, ordenar y clasificar todo el conocimiento posible. Su vida entera fue una aventura de investigación y archivo, como si intuyera que, siglos después, alguien fundaría la Biblioteca de Alejandría, aquella maravilla que surgió bajo el mecenazgo de Ptolomeo, discípulo de su alumno más famoso: Alejandro Magno.
Sí, Aristóteles fue, sobre todo, un recopilador universal, alguien que entendió que la sabiduría no se improvisa, sino que se construye como una gran sinfonía, donde cada instrumento —cada dato, cada experiencia, cada testimonio— se integra en una obra mayor. Como buen director de orquesta de la filosofía, él sabía que no bastaba con tener notas sueltas: había que organizarlas, darles ritmo y armonía.
Y es aquí donde la historia nos regala un puente hacia lo que hacemos hoy en nuestros Learning Tours. Así como Aristóteles mandó a sus discípulos a recorrer el mundo conocido para traerle información, nosotros viajamos por Grecia, China, Latinoamérica y otros escenarios del futuro para recopilar experiencias empresariales, culturales y filosóficas, y luego convertirlas en conocimiento aplicable para los líderes que nos acompañan.
Aristóteles, el gran recopilador
Cuando Alejandro Magno se lanzó a conquistar Asia, no solo llevaba soldados, armas y caballos. Llevaba también un encargo invisible pero poderoso: ser los ojos y oídos de Aristóteles en tierras lejanas. El maestro le pidió a Alejandro y a otros discípulos que le enviaran informes, que recolectaran plantas desconocidas, que describieran animales exóticos y que observaran las leyes y costumbres de los pueblos conquistados.
De ese impulso por registrar y clasificar, nacieron colecciones que se convertirían en los cimientos de la ciencia y la filosofía occidentales.
Aquí tienes 10 ejemplos claros de lo que Aristóteles buscó recopilar como sistematizador del conocimiento:
1. Constituciones: reunió las constituciones de 158 ciudades-estado griegas. De todas ellas, solo se conserva completa la Constitución de Atenas, un tesoro invaluable para entender la política antigua.
2. Fauna marina: investigó peces, moluscos y cetáceos; gracias a los viajes de los griegos, recibió especies de Asia y Egipto.
3. Aves: describió más de 170 especies en su Historia Animalium, donde observaba su alimentación, vuelo y costumbres.
4. Plantas: impulsó la creación de herbarios con fines médicos y agrícolas, dando origen a la botánica como ciencia.
5. Fenómenos astronómicos: registró eclipses, fases de la luna y posiciones de estrellas, buscando patrones en el cosmos.
6. Obras literarias: recopiló tragedias, comedias y poemas épicos, inspirado por el afán de preservar la memoria cultural.
7. Usos y costumbres de los pueblos bárbaros: pidió a viajeros y generales informes sobre ritos, leyes y modos de vida.
8. Datos médicos y anatómicos: describió órganos y funciones en humanos y animales, base de la anatomía comparada.
9. Instrumentos y tecnologías: mostró fascinación por las clepsidras (relojes de agua), catapultas y artefactos de ingeniería militar.
10. Historia política y cultural: reunió relatos históricos y mitológicos para detectar patrones de auge y caída de los Estados.
¿Se dan cuenta, amigos? Aristóteles no era un académico encerrado en un salón. Era un investigador de campo, un curador de saberes. Y su método consistía en delegar la búsqueda: él pedía, sus discípulos viajaban, observaban, recogían y enviaban.
El puente con la Biblioteca de Alejandría
No es casualidad que, tras la muerte de Alejandro, su general Ptolomeo fundara la mítica Biblioteca de Alejandría. Aquella institución monumental nació con el mismo espíritu de Aristóteles: reunir en un solo lugar todo el conocimiento de la humanidad.
Podemos decir que Aristóteles plantó la semilla de esa biblioteca. Él enseñó a sus discípulos la importancia de no depender de la memoria ni del discurso, sino de la escritura, la clasificación y la conservación.
Hoy, en la era digital, cuando Google nos responde en segundos, parece obvio. Pero hace 2,300 años, alguien ya soñaba con una base de datos universal. Aristóteles fue ese visionario.
Lo que nos enseña a los empresarios
Aquí viene la conexión empresarial. Porque lo que hizo Aristóteles es exactamente lo que todo líder necesita hacer en su organización: recopilar información, clasificarla, analizarla y convertirla en estrategia.
Un empresario que no recopila datos de sus clientes, que no escucha a su equipo, que no observa a sus competidores, está condenado a improvisar. Y como diría un gran maestro: cuando improvisas demasiado en los negocios, la música se convierte en ruido.
Nuestros Learning Tours siguen esa misma filosofía aristotélica. No viajamos por turismo únicamente, sino para recopilar experiencias vivas, aprendizajes empresariales y sabiduría cultural que luego transformamos en instrumentos de crecimiento. Es un proceso muy parecido al de Aristóteles: él pedía constituciones, nosotros exploramos ecosistemas de innovación; él pedía especies animales, nosotros descubrimos industrias emergentes; él observaba costumbres, nosotros aprendemos de culturas empresariales que están definiendo el futuro.
Top 10 Tips de Alex Márquez sobre el espíritu recopilador de Aristóteles aplicado a los negocios
1. Recolecta datos antes de decidir: no improvises con corazonadas, busca evidencia.
2. Clasifica la información: un dato suelto no sirve; el orden es poder.
3. Observa la realidad, no solo tus ideas: Platón soñaba con ideales, Aristóteles miraba lo que pasaba en la polis.
4. Pide a tu equipo que investigue por ti: así como Alejandro traía noticias y hallazgos a su maestro.
5. Aprende de otras culturas y mercados: cada viaje es una ventana al futuro.
6. Documenta tus procesos: construye tu propia “biblioteca empresarial”.
7. No te conformes con lo evidente: detrás de cada número hay una historia esperando ser entendida.
8. Haz de la curiosidad un hábito diario: la pregunta abre más puertas que la respuesta.
9. Conecta pasado, presente y futuro: así verás patrones que otros no ven.
10. Quien recopila mejor, dirige mejor: el conocimiento organizado es el verdadero poder.
Amigos, si miramos la historia con ojos de empresario, Aristóteles no fue solo un filósofo, fue un estratega del conocimiento. Su obsesión por reunir constituciones, animales, plantas, fenómenos y costumbres lo convirtió en padre de las ciencias y en precursor de la Biblioteca de Alejandría.
En el fondo, lo que nos enseñó es que comprender el mundo es el primer paso para transformarlo. Y como dice Alex Márquez: uno de los puntos clave en la filosofía es poder llegar al nivel de la comprensión, sin aceptación… Es decir, comprendo por qué ocurrió esto, pero eso no significa que lo esté aceptando.
Esa es la gran lección para los líderes de hoy: no se trata de aceptar el entorno como viene, sino de investigarlo, entenderlo y luego reinventarlo. Así como Aristóteles envió a Alejandro Magno y a sus discípulos a recorrer el mundo, hoy nosotros salimos con nuestros Learning Tours a explorar Grecia, Asia y Latinoamérica, recopilando saberes, contactos y experiencias que se convierten en nuestra propia Biblioteca de Alejandría empresarial.
Porque cuando uno se atreve a ver lo que otros no quieren ver, descubre la verdadera llave del futuro.